lunes, 23 de noviembre de 2015

Juan Leon y Castillo

UN POCO MAS DE HISTORIA El Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria entrega al Museo León y Castillo valiosos documentos en materia de hidráulica 
Alumbramiento de aguas entre el Barranco de San Andrés y las fuentes de Quintanilla
El proyecto realizado por Juan León y Castillo en 1903 para el alumbramiento de aguas subterráneas en la zona comprendida entre el Barranco de San Andrés y las Fuentes de Quintanilla, hallado de manera fortuita durante el inventaria do del archivo del citado organismo.El documento que entregado pone de relieve la preocupación y empeño de los Gran Canarios por obtener un recurso natural escaso en esta isla y que ha dado lugar a una verdadera cultura del agua y al desarrollo en Gran Canaria de una Ingeniería hidráulica puntera. 
El 18 de marzo de 1903, Don Juan Rodrigues y Suárez, en representación de la Liga de Propietarios y Comerciantes de Las Palmas, presentaba una solicitud para el alumbramiento de aguas subterráneas en la zona comprendida entre el Barranco de San Andrés y las Fuentes de Quintanilla, incluyendo las subálveas que discurren por los Barrancos de El Tarajal y Quintanilla.
La particularidad de aquella solicitud era que, acompañando a la misma, se aportaba un proyecto del mismo suscrito por el mismísimo Juan León y Castillo, el cual se encontraba archivado en el expediente administrativo que amparaba la concesión otorgada para realizar las obras y que fue encontrado, durante unas tareas de inventaria do, entre los más de 10.000 expedientes que alberga el archivo documental del Consejo Insular de Aguas de Gran Canaria .
En la fecha en la que se elaboró el proyecto, el incipiente desarrollo del cultivo de la platanera generó un aumento en la demanda de caudales de agua para riego. Por ello, y dado que la demanda era superior a la oferta, el precio del agua se disparó, lo que repercutió negativa mente en las exportaciones locales hacia Inglaterra.
Por ello, se empezaron a ejecutar importantes obras de captación, tanto de agua superficial como subterránea, y, en este marco, Juan León y Castillo desarrolló sus ideas. En concreto, en este proyecto, diseñó una galería subterránea, paralela a la costa y perpendicular al sentido de las aguas subterráneas, mediante la cual pretendía aprovechar las aguas subterráneas que fluían hacia el mar. En dicha obra, se recogerían tanto las aguas subálveas que fluían por los cauces (barrancos de El Tarajal y Quintanilla) como las aguas excedentes filtradas en las fincas existentes aguas arriba, que constituían los retornos de riego de la zona.
La galería tendría dos ramales: un primer ramal, que nacería en Las Fuentes de Quintanilla y conduciría las aguas hasta la Fuente del Peñón; y un segundo ramal, que nacería en el Barranco de San Andrés y finalizaría en la misma Fuente del Peñón. De allí, se elevarían las aguas mediante una máquina de vapor hasta un depósito ejecutado a una altura de 65 metros, para poder regar los cultivos de la zona.
El muro o estribo aguas arriba, ubicado más al sur, y a través del cual debía filtrarse el agua subterránea, se ejecutaría mediante mampostería en seco para permitir la entrada de agua al interior de la galería; y el muro o estribo aguas abajo, más al norte, y que se podría ver afectado por el agua de mar, mediante mampostería hidráulica, para evitar la intrusión de las aguas de mar en el interior de la galería. Apoyada sobre ambos muros, se proyectó una bóveda de cierre. Las dimensiones interiores de las galerías serían de 1,40 metros de altura por 0,60 metros de ancho. El caudal que se pretendía alumbrar era de 30 litros por segundo.
El proyecto se presupuestó en 130.193,80 pesetas, y el plazo de ejecución previsto era de 6 años.
Se desconocen las razones por las que el proyecto no se llevó a término, aunque existen indicios de que determinadas partes del mismo sí llegaron a ejecutarse, como el tramo inicial de galería, y probablemente, algún tramo de galería en el barranco de Azuaje (o San Andrés, como se conocía).